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martes, 28 de octubre de 2014

Tormenta en Villaricos. Almería #España

25 a 28 de septiembre 2014
En Almeria no llueve nunca, nada, es lo más parecido a un desierto que España tiene en la península... nuuuunca llueve, salvo, claro está, que acabe de terminar los exámenes y decida hacer una escapada para desconectar. Entonces no es que llueva, no, es que diluvia!
Así que salimos de un nublado Madrid para llegar después de unas 5 horitas a un inundado VILLARICOS en el que tuvimos suerte de que no se quedara el coche estropeado en la plaza, en la que la gente caminaba con el agua por las rodillas.

Aprendí a hacerme el turbante con un pañuelo en el blog de TrendyTaste, me da un poco de vergüenza llevarlo pero me encanta como queda, así que probé a ponérmelo allí que no me conoce nadie!
Aparcamos en un sitio alto y fuimos a tomar algo de cena a un bar del pueblo, en el que nos pusieron un poco al día de la situación. Calles inundadas, otras que parecían más un río que una calzada... y es que a la costa llegan las lluvias por los torrentes que un día formaron estos lugares y que ahora se obstaculiza su paso con casas y carreteras poco habilitadas para la lluvia.
Las alcantarillas no están cuidadas y se atascan en cuanto caen dos gotas, así que cuando llueve tan fuerte no hay nada que evacue el agua de las calles.

Cuando dejó de llover un poco cruzamos los dedos y fuimos al apartamento. Es un edificio medianamente nuevo en primera linea de playa con unas vistas preciosas desde un enorme ventanal que ocupa toda la pared del salón. Justo en frente de la ventana, y dentro del agua, hay una enorme roca construida para sostener hace años estructuras que permitían llevar los minerales de la tierra a los barcos. Y ahora crea un espectáculo visual cada vez que una ola rompe sobre ella y se eleva en una enorme cortina de espuma blanca.


Desde la ventana


Los pasillos comunes del edificio estaban destrozados, el doble techo caído por el suelo, las luces colgaban de los cables a diferentes alturas, obviamente, la luz no funcionaba, y el suelo estaba empapado. Por suerte, dentro del apartamento estaba todo bien, salvo el suelo de debajo del ventanal por donde se había colado un poco de agua.
El trastero estaba inundado y tuvimos que atravesarlo en una expedición de rescate para que no se mojasen las cosas, por suerte los dueños de la casa (amigos de mis padres) tenían todo sobre estructuras altas que habían impedido que se mojasen.
A la mañana siguiente, viernes, teníamos pensado hacer una inmersión Jorge y yo pero el mar estaba muy mal y decidimos cancelarlo.
Dimos una vuelta por las playas vacías de Villaricos y en casa comimos y jugamos a las cartas.
Al dia siguiente fuimos a visitar playas escondidas y más alejadas a las que se llega en coche, investigamos en una enorme cueva y nos paramos en algunos tramos de carretera habilitados para fotografiar el escaparate marino acompañados de una brisa fría y gotas de lluvia que iban y venian.



 






 Una noche fuimos a las fiestas de Vera, tomamos un aperitivo en uno de los puestos, participamos en la tómbola y cenamos una patata asada rellena que estaba espectacular, solo de pensar en ella ya estoy salivando. Pero en seguida volvió la lluvia a jarrear y tuvimos que irnos.
Otro día visitamos Águilas, comimos en un bareto viendo el mar y luego visitamos el acuario y museo del mar que la entrada es gratuita


 El domingo por la mañana dimos una vuelta por el mercadillo que ponen en Villaricos y me compré un mono (si, odio los monos, pero este me pareció precioso, aun así, me cuesta un poco salir con el a la calle!) y después de comer un pollo asado (comprado en el mercadillo) nos llevaron mis padres a Lorca donde E.Blanco nos llevó en su coche hasta Madrid (a través de Amovens) una web en la que se comparte coche para compartir gastos. Lo hemos usado ya un par de veces y funciona genial.







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